En 1820, Costa Rica realizó la primera exportación de 2 quintales de café hacia Panamá, conmemorando en el 2020 el Bicentenario de aquel hito histórico.

Varios jefes de Estado a lo largo de nuestra rica historia, como don Juan Mora Fernández y don Braulio Carrillo, apoyaron la actividad cafetalera y vieron en el café, el producto que más generaría un movimiento económico para beneficiar nuestra economía y que permitió el desarrollo económico y social de Costa Rica.

Nuestro país fue el primero en el istmo centroamericano que estableció la floreciente industria cafetalera. Su cultivo transformó el país en el siglo XIX, permitiéndole dejar atrás su agricultura de subsistencia, para dar paso a una floreciente industria del llamado “grano de oro”.

Una de las principales innovaciones en la década de 1830 fue el procesado húmedo mediante la fermentación del grano, lo cual mejoraba sensiblemente el sabor del café. El comercio del grano con Europa se consolidó en la década de 1840.

Lo anterior, llevo al rápido establecimiento de empresas que exportaban el café a Europa e importaban del Viejo Continente mercancías manufacturadas, como planchas de hierro o máquinas para moler maíz y trigo. El café se constituyó hasta 1890 como el único producto de exportación de Costa Rica, siendo el bastión de la economía costarricense.

A principios del siglo XX se inventaron máquinas para reducir el tiempo de procesado y aumentar la calidad del café, como secadoras, despulpadoras, pulidoras y clasificadoras. Hasta la década de 1920, la mayor parte del café se transportaba en carretas tiradas por bueyes, pero a partir de esa fecha mejoró mucho el transporte.

Desde mediados del siglo XX la caficultura costarricense experimentó una nueva modificación productiva por la introducción de técnicas agrícolas de alto rendimiento en el marco de la “Revolución Verde”, destacando el cambio de la variedad cultivada a híbridos de porte bajo, variedades Caturra y Catuaí. Desde aquel entonces, la economía costarricense se ha diversificado mucho: cultivo y exportación de otros productos, turismo, inversión extranjera directa, etc. 

No obstante, el café se mantiene hasta hoy como uno de nuestros pilares más importantes en el desarrollo nacional y más allá de su valioso aporte a la economía, es parte de nuestra cultura y sociedad. Somos un pueblo que respira y huele a café en cualquiera de nuestros rincones, aún en los más remotos.

Según el Instituto del Café de Costa Rica (ICAFÉ), hay un sinfín de variedades y más de 38.000 productores de café en Costa Rica. El 100% del café que se cultiva en nuestras tierras es de la especie arábica. Las 8 zonas donde se produce tienen suelos volcánicos, muy fértiles y de poca acidez, con temperaturas relativamente uniformes y favorables todo el año, condiciones todas ellas ideales para una producción de la más alta calidad, reconocida a nivel internacional. 

Alrededor del 83% de la producción nacional de café se exporta a mercados internacionales siendo nuestra Cámara un ente clave para forjar la relación entre el cliente final y el caficultor y llevando…desde la plantación hasta la taza, los mejores aromas de nuestro suelo.